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19 de mayo de 2011

El mal café hace al mal restaurante y cafetería. (Editado)

Este es el editado..


EL MAL CAFÉ HACE AL MAL RESTAURANTE (Y CAFETERÍA)

Ángel Villanueva Rivas- Barista Consultor- Barismo al lìmite

Un buen café, lejos ostentar una poderosa marca, debe ofrecernos aroma, acidez y cuerpo y todo esto parte de un grano de buena calidad. De él extraeremos potencia aromática al molerlo al momento. La molienda, aunada a una adecuada compactación, permitirá que durante la extracción se obtengan  aceites naturales, que a su vez generan una crema de color cobrizo lo suficientemente densa para sedar la lengua e impedir que percibamos de golpe el sabor amargo clásico del café.

¿Cómo lograr todo esto? Bien sencillo.

1.     Comprar un café de calidad.

 No podemos encontrar esta calidad en un café que cuesta 100 pesos o menos por kilo. Un bajo precio es el reflejo de
a) un mal proceso del grano
 b) Que se mezcle el grano de café con garbanzos y otras semillas para aumentar el volumen.
c) Que sea tostado con azúcar para disminuir los defectos notorios primarios.

2.     Aprender a usar el equipo.

 Nadie aprende de la noche a la mañana como se utiliza una maquina profesional de espresso y, por supuesto si nadie se capacita difícilmente se podrá realizar una buena bebida sin el conocimiento de por medio.

3.     Comprender que el café también es un alimento y no un accesorio.

El café jamás debe estar en el refrigerador y mucho menos en bolsas de plástico o de tela. Solamente se muele por servicio y se debe de tener en un lugar fresco, seco y con muy poco contacto de luz natural o artificial.


Realmente es muy fácil echar a perder un café. Pero como todo lo que merece respeto y amor,  el café otorga más de lo que pide.

¡ Un abrazo con olor a café!



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